Es muy normal la obstrucción del conducto
lagrimal en los bebés. Al menos un 20% nace con uno o con ambos conductos
tapados. Esto puede ocasionar síntomas similares a los de la conjuntivitis,
como por ejemplo, secreción blanca o amarilla.
En la mayoría de casos, este problema va
mejorando por sí solo en los primeros meses de vida del bebé, a medida que el sistema
de drenaje madura o la membrana que sella el conducto nasolagrimal se abre. También,
es recomendado usar una técnica de masaje especial para ayudar a abrir la
membrana que cubre la abertura inferior en la nariz, donde el doctor debe
explicarle a la madre la forma adecuada de realizar el masaje.
Sin embargo, existen otros casos donde es necesaria
una intervención médica. La técnica que
usa dilatación, sondeo e irrigación, es una de las más
usadas. Consiste en dilatar
las aberturas lagrimales para que una sonda estrecha sea guiada a través de los
puntos lagrimales hacia el sistema de drenaje lagrimal, luego a través del
orificio nasal, y finalmente es removida. El sistema de drenaje lagrimal se
lava con una solución salina para limpiar cualquier obstrucción residual.
Este procedimiento es ambulatorio. Pero
algo que deben tener muy en cuenta mamás, es que siempre deben consultar a los
mejores especialistas, preguntar cuáles son las posibles soluciones y analizar la mejor para nuestro bebé.
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